Cada vez somos más los que vivimos en la gran ciudad y aunque nos encante el ajetreo y los bloques de vecinos, tenemos que decirles adiós a las grandes casas con enormes salones. Pero esto no significa que no podamos aprovechar al máximo su espacio, aunque sea un salón pequeño. Podemos convertirlo en el salón de nuestros sueños. Aunque sea pequeñín, podemos lograr un sitio elegante, funcional y ordenado. Parece difícil, pero es muy sencillo. Solo tenemos que seguir algunas reglas, usar algunos trucos y realizar pequeños cambios.
El salón es una de las zonas de nuestra casa que más utilizamos. Es la habitación en la que más tiempo estamos ya que descansamos ahí viendo la televisión o leyendo una revista. Además, es el sitio perfecto para reuniones familiares y de amigos. Por eso, tiene que ser un espacio que se base principalmente en la comodidad. Y, aunque no te lo creas, esto no depende tanto del tamaño como de la distribución adecuada. Debemos optimizar el espacio. ¿Cómo podemos lograr esto? ¡Te lo contamos!
Usar tonos claros
Por normal general, usar tonos más claros nos va a aportar más luminosidad y, por lo tanto, mayor sensación de espacio. Este tipo de tonos reflejan más la luz que los colores más oscuros ocupando menos espacio visual y ganando amplitud. Por eso, es clave que pintemos nuestro salón de estos colores y los usemos para la decoración. Pero no tiene por qué ser solo el blanco. Podemos utilizar tonos beige, vainilla, grises o los que están ahora mismo en tendencia como los tonos blush.
También podemos jugar con el contraste entre tonos claros y tonos más oscuros creando sensación de profundidad. Es decir, si lo que tenemos es un salón muy ancho, pero poco profundo, podemos pintar las paredes del fondo de un color más oscuro para que de la sensación de alargar el espacio.
Menos sofás, más sillones
Y esta norma puede aplicarse a cualquier tipo de mueble del salón y, en general, a cualquier habitación de la casa. Si tenéis un comedor o soléis comer en la cocina, puedes prescindir de la típica mesa de centro que no hace más que ocupar espacio. Podemos sustituirla por alguna mesa auxiliar más pequeña. Si por el contrario soléis comer en el salón, podéis utilizar una mesa elevable que aporte comodidad sin restar espacio.
Pero no creáis que tendréis que prescindir de los muebles necesarios para cada salón. Solo es cuestión de ser más prácticos y optar por muebles que sean más pequeños, de baja altura y de colores claros. Y, como hemos mencionado, usar muebles multifuncionales para ahorrar espacio como la mesa elevable, sofás con cajoneras o estanterías frente a grandes armarios.
Las ventajas de ser ordenado
Si tu también eres muy fan de la serie de Marie Kondo de Netflix, este es el momento perfecto para demostrarlo. ¿No conoces su método? Consiste en seguir unas reglas básicas para mantener tu hogar en orden quedándote solo con aquellas cosas que realmente necesitas y que te aportan alegría y felicidad.
Con este método no solo vamos a prescindir de los típicos objetos decorativos pesados que tienen más años que la casa. También vamos a lograr despejar el salón y ganar espacio. Tener cosas amontonadas en muebles y objetos esparcidos por el salón nos dan una impresión de saturación. El orden es el mayor aliado del espacio.
La iluminación como clave
Una vez tengamos el salón amueblado y pintado en tonos claros y lo mantengamos ordenado, llega el momento de cambiar la iluminación. Aunque parezca una tontería, este elemento es clave para darle esa sensación de espacio a nuestro salón. Basta con que cambiemos esas grandes lámparas de suelo por focos colgantes de tamaño medio. Podemos colocarlas en las zonas que realmente necesitemos alumbrar.
En definitiva, podemos conseguir el salón de nuestros sueños. Un salón espacioso, ordenador y cómodo en el que consigamos estar a gusto y felices. Un lugar donde descansar o pasarlo genial en familia y con amigos. Solo hay que cambiar algunas pequeñas cosas como los tonos y la iluminación. ¡Es el momento perfecto para un cambio!